Este trastorno emocional se presenta como un estado de ánimo bajo, de abatimiento e infelicidad que puede ser permanente o intermitente. Si los sentimientos de tristeza aparecen de forma ocasional, son pasajeros o desaparecen en unos días no estaríamos hablando de depresión. En este supuesto estamos hablando de emociones normales, que tenemos que comprender y gestionar.
En el caso de estar hablando de un trastorno de depresión, la persona que lo padece ve como ésta interfiere de forma negativa y significativa en su vida cotidiana, afectándole en el ámbito personal, social, académico/profesional y/o familiar.
Aunque los síntomas que puede presentar una persona con depresión son muy variados, los más destacables son: sentimientos persistentes de tristeza o vacío, sentimientos de pesimismo y desesperanza, llanto constate, pérdida de interés por la gran mayoría de actividades, sentimientos de culpa, fatiga o falta de energía, insomnio o hipersomnia, aumento o pérdida de apetito y pensamientos recurrentes y en forma de bucle.